jueves, 17 de diciembre de 2015

LA TONTUNA Y EL CHOCOLATE BELGA


Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro. Albert Einstein

Anda uno en sus cuitas,  ensimismado y harto con eso que llamamos el futuro de España se me escapan muchas cosas, entre ellas las tontunas de otras tierras, en este caso la de los belgas. Me he enterado de que en Bruselas, la capital de la Unión Europea, se nos escapan los terroristas por respetar pautas de convivencia que de tan absurdas, parecen fruto de una mente enferma.

Sucede que en Bélgica existe una norma de ámbito estatal que prohíbe hacer registros nocturnos en los domicilios, exactamente entre las 21 horas de la noche y las 5 de la madrugada. En fin, en semejante dique se estrelló el despliegue de los que perseguían a  Salah Abdeslam, uno de los terroristas responsables de los atentados de París del pasado mes de noviembre. Imagino al responsable del operativo de búsqueda llamando a sus responsables políticos o al juez de turno: “Monsieur, ¿sería tan amable de redactar una orden que nos permita actuar de forma inmediata?. Oh, n'est pas possible. Imagine usted que por buscar a ese yihadista, molestamos a los vecinos y se ponen a ladrar los perros y a maullar los gatos”.

Disculpen la burda ironía, pero acostumbrado a poner exigencia en el funcionamiento de nuestro Estado, ver que aquellos que supuestamente enseñan y dan lecciones la cagan, no me es que me alegre, pero me provoca una sonrisa nada sana. ¿Qué podemos esperar de una legalidad de papanatas que da ventaja a aquellos que pretenden hacernos la guerra en casa?. En conciencia nada, de hecho el terrorista escapó por las grietas de un estado de derecho que hace aguas y que en su templanza, pide a gritos ser abatido. Estoy seguro de que nuestras leyes son, para quienes las violentan, el chocolate del loro. Bueno, en el caso que nos ocupa, el chocolate belga.

Mientras las fuerzas de seguridad se sometían a un tecnicismo, dicen que el Señor Abdeslam escapó al cerco escondido en un armario durante una falsa mudanza. Vamos, ni el insigne dibujante Vázquez fue capaz de imaginar una aventura más fantasiosa para el entrañable Anacleto Agente Secreto. De veras, no quiero ni imaginar la rabia y la desesperanza de las fuerzas de seguridad viéndose menospreciadas, limitadas en sus competencias  y por tanto amenazadas. En resumen, somos un contrincante débil, el terrorismo lo sabe y de ello saca provecho. Bombardeamos feudos integristas sin sentido, nos vemos abocados a aceptar los recortes de libertades en casa y así demostramos que no lucharemos sobre el terreno para imponer la razón frente a la locura.

De veras que la cosa no es baladí, estamos perdiendo, mientras unos rellenan armarios de odio, nosotros seguimos durmiendo. ¿Saben?, creo que esta noche, antes de regresar a casa me tomaré una cerveza belga, en eso los puñeteros son maestros.

POLITICA ES MORAL

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