miércoles, 16 de diciembre de 2015

ESTADO DE DESECHO


Los que dejan al rey errar a sabiendas, merecen pena como traidores. Alfonso X el Sabio

Hoy he recibido  mensaje de una sobrina que como tantos otros jóvenes, hubo de abandonar España para encontrar un trabajo y dotarse de un futuro. En relación a las elecciones del 20 de diciembre y en su condición de expatriada, me escribía lo siguiente:” ¿Dónde está mi voto?, ¿dónde está mi derecho a votar?. Me inscribí en el consulado español dentro de  plazo hace más de un mes y mi buzón sigue vacío. Esto es vergonzoso, repugnante...”.

Bien, poco o nada podía responder a la valiente y comprometida heroína que allende los mares, honra a mi familia. Frente al teclado y con un regusto amargo, he optado por constatar lo evidente, la indigna verdad de Perogrullo.  Para bajar tensión he recurrido al socorrido “esto es Españistán” y tras arrancar lo que intuí una sonrisa sarcástica, le he explicado lo que pienso, que para eso soy su tío.

Miren ustedes, aquí los cleptócratas se han acomodado muy bien al cortijo y estando la cosa mala, mejor cerrar las puertas y levantar muros, no vaya a ser que vengan otros y descubran que eran falsos los olivos. Recurramos a las cifras, pues pareciendo no decir nada, son lo más parecido a la verdad. A enero de este año, los españoles residentes en el extranjero totalizan 2.183.043 personas.

Antes de que empiecen ustedes a retocarme la barba, preferiré analizar el número, para que vayan viendo en que norai acabaré amarrando la barca. Los motivos que nos han llevado a este exilio son diversos: la perentoria búsqueda de trabajo, el regreso al país natal tras haber vivido varios años en España y haber obtenido la nacionalidad española y también los descendientes de españoles que gracias a lo que se llamó “Ley de Nietos” consiguieron el pasaporte. Bien, en cualquier caso, en 2010 habían 1,5 millones de expatriados y actualmente casi 2,2 millones…

Vayamos a lo que importa. Si bien es cierto que de los ciudadanos que abandonaron nuestro país, dos de cada tres, son extranjeros que obtuvieron la nacionalidad española, el dato relevante y que nos ha de permitir escapar a la demagogia de aquellos que hablan de “falsos españoles”, es que más de un tercio de los compatriotas que figuran en el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE), la friolera de 733.387 personas, nacieron en el Estado. Otro dato, la inmensa mayoría está en edad laboral y son conscientes de lo que pasa en España, su casa.

Regresando a valorar a nuestros representantes públicos, a nuestros indeseables electos, no les quepa duda alguna, les viene de perlas que una masa crítica de votantes jóvenes y descontentos no accedan al sufragio. La crisis se ha demostrado el factor de corrección más conveniente para robar las voluntades de aquellos capaces de empoderarse para cambiar presentes y labrar futuros que dejarían fuera a los tribunos que traicionan a la plebe.

Hagan números, en las últimas Elecciones Generales votaron 24.590.557 personas, un 71,69% del sufragio. Imaginen, los más de 700.000 votos de nuestros compatriotas en el extranjero podrían dar o quitar mayorías. Eso da miedo, mucho miedo. Los cobardes que nos gobiernan pretenden disfrazar su delito como una simple traba administrativa. Menudos cabrones, que bien montado tienen el tema.

POLITICA ES MORAL

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