viernes, 20 de febrero de 2015

YO SOY UN CIUDADANO


 
 
Que uno ya es viejo antes de hora, como ya he dicho muchas veces, ya no sorprende a nadie.
Lo peor de mirarse al espejo no es verse las arrugas, lo más doloroso es mirarse el alma. Algo no tangible, se convierte en cuaderno de bitácora y sin duda, nos marca el rumbo…
 
No me gusta lo que veo, ni en proximidad ni en lejanía, pues buscando adalides que promuevan cambios, tan solo encuentro lerruxistas que como alternativa proponen zancadillas que cambien rostros y no fondos. Y aquí estamos, opinando, para tras hacerlo, recibir en mitad de los morros.
Tiempo hace que sigo la propuesta que significaba Ciudadanos, menos hace que observo la de Podemos y ¿saben ustedes?, me parecen lo mismo. Tan solo veo dos estilos, uno neo-grounge y otro propio del “after-work” financiero, en resumen, forma y no fondo. Al final, populismo que a la ciudadanía le hace sentir parte de un cambio cómodo.
 
Sobre el papel, ambas formaciones pivotan en aspectos de regeneración que se demuestran básicos e inapelables: erradicar la corrupción, acabar con la casta política acomodaticia, establecer criterios de política transparente, incidir en las personas y no en las entidades bancarias, en definitiva, cambiar las cosas…
Y las cosas son como son y no de otra manera. Aquí, lo que primará será la opción menos peligrosa, la más atractiva a los ojos, la menos hiriente para los intereses de las élites extractivas que ya en el pasado  han ido devorando a los corderos díscolos.
 
Los movimientos de los medios de comunicación, fieles servidores del poder, muestran la estrategia contra el “bolivarismo podemista”. Ciudadanos ofrece a un Pablo Iglesias sin coleta ni exabruptos hirientes. Albert Rivera es una imagen de corrección y respeto, de elegancia integrada en el carácter, es el yerno perfecto. Habremos de esperar para saber si se imponen los deseos de los padres bienintencionados o el enamoramiento de la hija hacia ese novio que no se pone corbata ni en los entierros.
Al margen de ironías, ambas opciones responden al descontento que ha ido creciendo constantemente y de forma exponencial en lo que denominamos sociedad. Pero, ¿la ciudadanía hará el esfuerzo de analizar y poner en valor lo que las proclamas llevan dentro?. Díganme pesimista, creo que no. Si así fuese observarían que Podemos establece que no son ni de izquierda ni de derecha, verían claramente que Ciudadanos afirma que situarse a un lado u otro es caduco y cosa del pasado. La derivada lógica sería querer saber más…
 
Y puestos a saber, hay que saber que Pablo Iglesias cuenta con la ilusión crecida en la rabia y en la impotencia, en el frentismo a los indignos partidos que han dicho representarnos. Esa es su fuerza carente de propuestas prácticas. Por otra parte, Albert Rivera, en un posibilismo admirable y en base a un práctico liberalismo progresista (concepto que comparto), se ha hecho merecedor del apoyo de los verdaderos poderes fácticos del Estado.
No me genera confianza ver como partiendo de un espacio de izquierda no nacionalista, Ciudadanos ha evolucionado a una posición ultra liberal. Proponen fórmulas para regenerar la economía que si bien podrían ser eficaces a largo plazo, en la inmediatez no contemplan soluciones de contingencia en un entorno socio-económico ya devastado por políticas conservadoras y basadas en la privatización que han llevado al límite a las familias de este país.
 
La presentación del programa económico del partido de Albert Rivera congregó a lo mejor de casa. Representantes de la derecha más tradicional, financieros, medios de comunicación afines al PP y teóricos de la economía neoliberal, aplaudieron en un foro lleno hasta la bandera a su nuevo Cincinato. Encumbraron con satisfacción la juventud y la valentía de un Hermes que sabrá llevar a todos los hogares la buena nueva de un futuro brillante…
¿Saben?, el regalo queda bonito antes de abrir la caja, pues al hacerlo, se nos aparecerá  un Rajoy riendo hacia los adentros. Se plantea un contrato único, flexibilidad absoluta pero “segura”, despido libre pero “protegido” y en resumen menos presencia de lo público como garante de lo que conocemos como sociedad del bienestar.
 
Lo siento, “lo público” es necesario, sin duda debe regenerarse, pero es necesario. Los acompañantes de Rivera en su acto de presentación del programa económico, son aquellos que propugnan la privatización de la sanidad, la educación y los servicios de interés general.
Espero, como decía anteriormente, que los ciudadanos vayan más allá de los titulares que periódicos, emisoras y televisiones ofrezcan. Deseo que a la hora de depositar sus votos, lo hagan a favor de los más capaces y no de los que más salgan en las fotos. Un día se nos convenció de que en España ya no había trabajadores, se nos dijo que todo era clase media. Ojalá sepamos atrincherarnos para defender el bienestar de nuestros hijos y no para pagar la televisión en la que se nos dice que ya hemos salido de la crisis.
 
Lo más doloroso de todo esto, es que habiendo caído los partidos tradicionales en los Idus de marzo, aquellos que los acuchillarán, pretenderán lo mismo que los que acaben de defenestrar. Pues seguirán siendo los patricios los que marquen lo que se deba legislar.

POLITICA ES MORAL

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