sábado, 14 de febrero de 2015

YO CREO QUE NO PODEMOS


 

Tiempo hace que ando observando la novedosa propuesta que Podemos parece traer a la política de la piel de toro. Créanme, la sensación fue ilusionante, pero pasando el tiempo se han despertado más dudas que certezas…
Todo estímulo que lleve a que la sociedad despierte es intrínsecamente positivo, todo lo que provoque respuesta frente a la apatía es necesario y bueno, pero no cabe duda de que la reacción de un pueblo debe basarse en el criterio subjetivo que más tarde genera lo que llamaríamos “conciencia común”. Los mantras vacios de contenido son útiles para unos pocos pero no para la mayoría.

Podemos crece en base a los espacios que la izquierda tradicional abandonó. Es lo que no hicieron PSOE e IU lo que dota de contenido vacio a la propuesta que lidera Pablo Iglesias. La caída de los gigantes y los pecados de los mismos es lo que les alimenta de argumentos…
Me preocupó sobremanera la sempiterna frase que se repite en los mítines y círculos, “no somos ni de izquierda ni de derecha”. Es cierto, tampoco la actual izquierda parece pertenecer a ningún sitio definido, no en balde se ha trasmutado como un camaleón cada vez que ha sido necesario. Como ya he reflexionado en otras ocasiones, se arrimaron al querer de las élites extractivas olvidando interesadamente que era, precisamente de estas, de las que tenían que proteger a la ciudadanía de base…

Y aquí llegamos. Siempre he considerado que la integridad está por encima de la ideología, pero precisamente esa integridad es lo que quita o da razones. Podemos empieza, en su crecer supuestamente exponencial, a dar muestras de no ser lo que parece. Apelando al sentido común pretende una base social amplia, lo que el propio líder del “movimiento” denomina “una marca ganadora”. Todo cabe en una olla que sin receta definida quiere llenar estómagos y mentes.
No vale todo, de veras, no vale todo. No es suficiente cambiar las formas de participación ciudadana (cuestión necesaria y que particularmente defiendo a capa y espada), tras las formas debe existir fondo y propuestas reales de futuro. De futuro, pues no es cierto que tras una hipotética victoria de Podemos en unos comicios generales, los problemas se solucionasen como por ensalmo.

Miren ustedes, cambiar la realidad no se basa en el inmediato frentismo. Cambiar la realidad pasa por advertir de que el camino será largo  y agotador. Por mucho que se bajen los sueldos de los representantes políticos, por mucho que se consiga una verdadera transparencia en la gestión de las instituciones, los resultados percibibles por la ciudadanía tardarán en llegar.
Podemos omite las espinas y focaliza en la ilusión de un pueblo ya instalado en el agotamiento, la desesperación y la rabia. Yo soy uno de esos ciudadanos que como muchos ha encajado la crisis, los abusos y ha soportado a delincuentes a los que los votos han dado patentes de corso. Pero precisamente por ello, no puedo felicitarme por una propuesta que afirma (en palabras de Jesús Montero) que el Banco de Santander no forma parte de la casta cuando todos sabemos que es y ha sido la sabia de la casta misma. No acepto que se caiga en el cacareado “tu mas” cuando se pilla de vellón a un dirigente por evasión de impuestos y los círculos responden que “todo se trata de un ataque para evitar que lleguemos al poder”…

Soy consciente de que es ingrato ir contracorriente, pero la verdad es necesaria y ahora más que nunca. Recuerdo a los movimientos de masas del pasado. Los adalides de la “voluntad popular”, ya lo he comentado anteriormente, acabaron siendo apoyados por élites que supuestamente eran sus antagonistas.
Por cierto, a fin de clarificar posiciones, soy de izquierdas, creo que la empresa es un bien social en sí misma, que crear riqueza aporta tributación susceptible de establecer una verdadera sociedad del bienestar, que todo cambio empieza por trabajar sin esconder la realidad.

Podemos cambiar las cosas, una sociedad más justa sin duda es posible, pero lo que haya de ser deberá basarse en los hechos y no en las palabras. Cuando escuché aquello de “su odio nuestra sonrisa”, empecé a ponerme serio…

POLITICA ES MORAL

1 comentario:

  1. Si se puede amigo Josep Andreu García Cuestas. Cuando tienes instalada en la cabeza que las cosas se hacen de una manera y no de otra, vamos a llamarlo "cultura social" y esa cultura social de izquierdas es hacer las cosas de una determinada manera dónde observas en el largo tiempo de la existencia de izquierdas que ha sido siempre un fiasco, ideología hacía muchas direcciones distintas y cada uno se intala en esa dirección con un color determinado y defiende esa idea, llega el momento después de ver la tomadura de pelo exponenciada a los más alto de hacer un golpe en la mesa. Podemos, es eso el golpe en la mesa, lo único (y grandioso) es despertar esos golpes en la mesa a la sociedad que nadie a hasta ahora ningún partido lo ha conseguido, y eso que hemos atravesado varias crisis. La conciencia social, gracias a la educación y formación pienso que ha sido la clave, como siempre la educación y la formación; y fíjense señoras y señores, la educación y la formación repito, y se instala en se personas de haber vivido miserias, quizás con poca formación porlos tiempos vividos pero un gran respeto, civismo y educación hacia los demás, esa sensibilidad que sólo la tienen quién lo padeció y padece, lo que para muchos jóvenes son "batallitas" y para muchos jóvenes formados el reconocimiento a estas personas que cuentas "batallitas" y que se dejaron la piel en la lucha en lo que esta sociedad ahora tiene.
    La sociedad actual, adormecida por el consumo ( a la vez egoísmo, los expertos dicen que hay una conexión tremenda) y el bienestar (los expetos apuntan que solidifica el individualismo), lejos de una sociedad del S.XXI (como en otros paises es un equilibrio entre bienestar y solidaridad, pero en este país como se suele decir le quedan muchos petit suisse por tomar) y defensa de los derechos ajenos, ergo de uno mismo.
    El inicio de Podemos, abierto y plural, dejando brechas importantes para trepas y arribistas que se montan su chiringito particular Podemos, llámese como ejemplo en ciudades dónde tu resides amigo Josep Andreu García Cuestas o vecinas como Cornellà, y así multiplicados por lo largo y ancho del país. El gran error de Podemos, dejar entrar a gente que núnca pudo hacer nada en sus respectivos partidos de origen y aquí vieron puertas sin cerradura gracias a un momento del partido que todo estaba por hacer y en 24 horas ya tenían su nuevo hogar y como siempre con sus palmeros de confianza.
    Pero todavía quedan hogares Podemos, pocos, pero quedan, y ver que no son lobos con piel de cordero es una gozada, por ver de nuevo gente que de corazón quiere cambiar las cosas y trabajan de verdad sin segundas intenciones.

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