lunes, 29 de febrero de 2016

EL HOMBRE DE NEGRO



Cuando se teme a alguien es porque a ese alguien le hemos concedido poder sobre nosotros. Hermann Hesse

El pasado viernes tuve la fortuna de coincidir en Barcelona con el insigne Antonio Quero en la presentación de su libro “La Reforma Progresista del Sistema Financiero”. Antonio es uno de los más relevantes especialistas financieros de la Comisión Europea y en su momento, uno de esos tecnócratas que nos dimos en llamar “hombres de negro”. Cierto es que su pasado, digamos que achanta al conocerlo, pero pasado el primer trago, todo lo que dicen sus ojos y describen sus palabras es conveniente y certero.  Es, para quien escribe, un angel caído que ha recobrado sus alas.

Ahora, el antiguo inspector cuyo veredicto hacia cambiar humores a la Emperatriz Ángela y así provocar que la misma apretase o aflojase tuercas, es coordinador de Factoría Democrática, un colectivo de socialistas empecinados en aportar alternativas viables a una economía, a todas luces, pautada por las élites extractivas que en nada contemplan las necesidades de las sociedades en las que desarrollan sus negocios.

Bien, al escuchar a Quero, quedó claro cómo actúan El Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea. La cuestión es verificar la estabilidad o debilidad del sistema financiero y tomar decisiones que cautericen las heridas del mismo sin atender a las bajas que sus propuestas provoquen. Lo dicho, los hombres de negro, manu militari de la Unión Europea, no negocian ni hacen prisioneros. De hecho, si en alguna ocasión hablan de ayudas a la recuperación, siempre es para las testas encumbradas y así (como en el caso español), la cosa acaba como siempre acabó: los beneficios son de unos pocos y las pérdidas se mancomunan entre todos.

Este enviado de los Dioses del Dinero al Hades y resucitado tras fenecer en el mismo, se atreve y se atreve mucho. Proclama un cambio sistémico y lo que es más sorprendente, afirma con desparpajo que el mismo es posible. Confesó ante todos los presentes que cuando llegó la crisis del 2008 disfrutamos de la mayor oportunidad de asaltar la economía europea y provocar un cambio en sus estructuras y en su funcionamiento, pero que el sistema consiguió y consigue inmovilizar a las masas para que estas hagan poco o nada. La situación no cambió, es cierto,  pero a todas luces, quien quiso ver, observó que los dineros de todos se gestionan de forma nociva y sin ningún decoro.

¿Qué propone este prestidigitador financiero como solución a los problemas bancarios?, ¿qué cree posible y justo?. Pues habrá de sorprenderles la cosa, pues parece sencillo: sugiere la creación de lo que denomina un Banco Ciudadano de Depósitos y por otro lado nos dice que las entidades financieras privadas tan solo deben gestionen el crédito, estableciendo también tasas sobre las transacciones de las mismas.

La idea de ese Banco Ciudadano es la madre del cordero, pues se trataría de una institución para ejercer la protección democrática al evitar el control del dinero por parte de los bancos y colocarlos bajo el control ciudadano, garantizando así los verdaderos intereses generales de la sociedad en relación a la economía común. En fin, la maniobra marcaria el inicio de un sistema que evitaría los problemas actuales: una economía sobrevalorada, en equilibrio precario y sin duda alguna, desconectada de la realidad. En resumen, abandonar la especulación y retomar el viejo concepto de economía productiva.

Es momento de tomar decisiones y llevarlas a la práctica, pues según parece podemos sufrir nuevos vaivenes de consecuencias peores que las vividas hasta el momento. Antonio Quero marca un camino válido y el debate sobre el mismo nos deja claro que la revolución de las masas también empieza en los despachos. Decía Mervyn King, Gobernador del Banco de Inglaterra, que “de todas las maneras posibles de organizar la banca, la peor es la actual”. Lo dicho; ¿qué podemos perder?...

POLITICA ES MORAL

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