lunes, 11 de enero de 2016

CATALUNYA Y PALESTINA


Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor. Antonio Machado.

Ayer se nombró al 130 Presidente de la Generalitat de Catalunya. Nada de sorprendente debería suponer la noticia, pues estando como estamos en un país democrático, tras unas elecciones ha de formarse gobierno para trabajar en aras de eso que llamamos bien común.

Pero ¡tate!, cuidadito con las apariencias que siempre engañan. Me pregunto cómo puñetas habría de explicarle yo a un alien, con voluntad de aprendizaje, que es lo que nos está pasando a los catalanes en los últimos tiempos. A mucha voluntad que le pusiera a mi labor pedagógica, lo más probable que sucediera es que el visitante de las estrellas se tornase a su galaxia y por aquello de cauterizar heridas abiertas, regresase con más amigos para invadirnos y salvar la tierra…

¿Exagerado?, bien, es cuestión de puntos de vista, pero si tienen bemoles intenten el ejercicio con alguien más cercano, como por ejemplo un vecino de Canterbury o de la ciudad de Pisa. No crean que acabasen dándose por enterados, caerían en el desespero y tras aguantarles el rollo, optarían por ir de vacaciones al Adriático o al Egeo que se mire como se mire, por suerte o por desgracia son destinos de vacaciones mucho más baratos.

Bien, quizás deba entrar en canción y dejar de divagar con mi incrédula sorpresa, pero hagan por entender, a mí esto del procés no es que me moleste, es que ya no hay quien me convenza de que es lo que nos conviene. Soy de esos metatores que pretenden construir puentes y hacer crecer ciudades salubres, pero aún viendo que las relaciones entre Catalunya y España no fueron ni son como habrían de ser, el camino que estamos tomando nos aboca, como he dicho muchas veces, al más amargo y negro de los ocasos. Pues no nos permitamos olvidar que estamos pervirtiendo las instituciones que nos representan a todos, imponiendo que las mismas defiendan unos objetivos que para nada a todos los catalanes hacen sentir contentos e ilusionados.

Las elecciones del pasado septiembre se plantearon como un plebiscito y no siendo esta su necesaria naturaleza, atendiendo al inmovilismo del Estado, podía entenderse que se buscase la tangente que permitiese aclarar, de forma llana,  la opinión de las siete millones y medio de almas que viven en la tierra de Pompeu Fabra. Para disgusto de todos, de nada sirvió el esfuerzo de unas elecciones anticipadas. Todo sigue igual pero peor, pues poco a poco nos vamos encabronando y en lugar de pensar en los problemas que nos muerden, pareciera que para salvarnos tan solo nos vale la independencia. ¿Qué si seguro?, segurísimo y duro como uno de esos palotes dulces que se reparten en Semana Santa.

Como una caries en progresión constante, el dulce que pareció alegrarnos, hoy nos ha desdentado y nos hace tragar sopas con caña en preparación del hambre que nos entrará por la ventana. Vamos a ver, escuché en su momento a Oriol Junqueres hacer la mejor descripción del déficit fiscal que existe entre Catalunya y el Estado Español, a fe mía que pareció brillante el cómo se explicó y al tiempo tremebundo lo que como verdad nos ofrecía. Bien, pues ese era el camino, destapar las verdades del barquero y tapar bocas, obligando con los datos a hacer nuevos cestos…

No sé muy bien cómo explicarme, apoyándome en Machado más arriba lo reconocía, pero llegados a este punto, empiezo a no ver muchas cosas como mías. La derecha más extractiva y fullera se lleva el gato al agua y sigue blindando sus prebendas y para que así lo hagan, reciben el apoyo de ese eufemismo llamado izquierda catalana. Voto a brios y también a Sant Jordi, a ver si nos enteramos de que el heredero de los Pujol, en el Barrio de Salamanca de Madrid, durante muchos años ha estado empadronado.

¿Un nuevo país?, el tipo de país que deseamos es lo que toca preguntarse. Si los que preparan el futuro del gallinero son los zorros, les diré lo que aprendí de mi abuela, los que de jóvenes se comen los pollos de viejos cagan las plumas. De no entender que primero son las personas y después las patrias, agotaremos el crédito y muy a mi pesar, empezaremos a ver desgracias. Siento dolor sincero cuando, por más que se intente explicar, los proyectos que se pretenden no explican nada que pueda entender la gente corriente. Así, empoderamos el concepto patria y todo queda arreglado. ¿Saben cuantas veces he oído aquello de que “esto con el nuevo Estado se solucionará?. Vamos a ver, ¿alguien se piensa que todos sin excepción somos idiotas?. De quererse una base amplia que apoyase la independencia de Catalunya, era de obligado cumplimiento el explicar lo que esta supone, sin esconder los aspectos positivos ni negativos y expresando estos documentalmente y con datos. No todo se sostiene con la ilusión y siendo esta una verdad de Perogrullo, de haber existido un libro blanco a la escocesa, probablemente muchos más hubiesen escuchado y hecho suyo el mensaje.

Bien, en resumen, la opción independentista no tiene el apoyo abrumador que justifique lo que ayer se propuso en el Parlament, una mayoría parlamentaria no es suficiente aval cuando su correspondiente masa de votos no alcanza el 50%. Gustará o no el tema, pero si la mentira tiene las patas cortas, la verdad, por el contrario, corre muy ligera. Aquí lo que toca es grandeza de espíritu pero la cuestión es que el gobierno del Estado no estará a la altura del problema y el de Catalunya tampoco. Se ha pervertido el juego y seamos unionistas o indepes, como dice un gran amigo mío que espera ver un día lo que define como una Catalunya Libre, la base de un país no puede diseñarse partiendo de imposiciones unilaterales y pactos antidemocráticos. Es precisamente lo que está sucediendo, así son las cosas y así debe ser explicado.

Sabedor del seguro cansancio al que les someto, abandono y desconecto, pero no quiero dejar el tema sin recordar lo que debieron escuchar  y tragar los representantes de la CUP en medio de su negociar por un nuevo gobierno a la catalana. Los ilustres patricios de esa amalgama denominada Junts pel Sí, haciendo gala de raza y singular nobleza, escupieron por las fauces que la cabeza de un israelí valía por diez de palestinos. Los palestinos eran los diez cupaires y sabiendo que lo han entendido, les afirmo que si el israelita era Artur Más, yo pongo cabeza abajo su retrato y aplaudo a los pocos o muchos que perseveran en que los que dicen tripular la nave siguen mereciendo una rebelión a bordo.

POLITICA ES MORAL

2 comentarios:

  1. Es muy largo el texto para comentarlo en toda su extensión, pero espero que le baste si le digo que me ha parecido equilibrado y sensato y lo he leído con gusto.

    Tengo un blog y me fastidia enormemente que sean muy pocos los que se deciden a dar su apoyo a lo que digo o manifestar que lo que escribo es un disparate. Ni lo uno ni lo otro, qué se le va a hacer, me parece que al menos en este país, el que gusta de escribir tiene un blog y el que no gusta no suelta una letra ni bajo tortura.

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    1. Mulliner, encantado de que hayas visitado mi casa. Siempre mantengo la puerta abierta y no pudiendo ser de otro modo, agradezco tu grato comentario. En relación a lo de leer o a lo de que nos lean, no me interpretes mal, pero creo que al final se trata de escribir por el placer de escribir mismo..

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