viernes, 13 de abril de 2012

LA HUELGA. QUEJARSE NO ES SUFICIENTE.



He reflexionado sobre la Huelga General del pasado 29 de Marzo.

Sin duda resultó ser un éxito (siempre que ustedes no sean lectores de la Razón o seguidores de Intereconomía). La protesta tuvo un gran seguimiento y las manifestaciones de la tarde fueron masivas…

A pesar de ello escuché, en plena manifestación, opiniones repetidas en el sentido: “es igual, no va a servir para nada”.  A esto hemos llegado, nos manifestamos sin esperanza.

La “dictadura” democrática ha conseguido que nuestra conciencia social desaparezca, que las organizaciones sindicales, que deberían defender los intereses de la clase trabajadora se hayan convertido en subsidiarias del poder, que el miedo a perder lo poco que se tiene nos lleve a aceptar un capitalismo “salvaje” que nos haga someternos a una nueva esclavitud.

Existían muchos manifestantes descontentos con los sindicalistas, con los partidos políticos, con todos aquellos que forman parte del sistema tal y como lo conocemos. No les faltaban razones para así pensar, pero la queja no sirve de nada si no se desea actuar, luchar...

La historia nos demuestra que de no existir una lucha colectiva, no se consiguen cambios aunque estos tarden en llegar. La nueva Ley de la Reforma Laboral es un ataque en toda regla al Estado del Bienestar. Toca defenderlo.

Ahora, sin culpabilizar a todo el sector empresarial, hemos de reconocer que se otorga todo el poder al empleador, derribando de un plumazo el “equilibrio” social en que se basa nuestra Carta Magna. Es cierto que nuestro país forma parte de una realidad “superior” que se llama Europa, pero un ente económico no puede “apretar” sin límite a una masa social exhausta y que ya se encuentra al riesgo de la exclusión de un porcentual enorme de sus ciudadanos…

No es momento de cesar en nuestra protesta, es momento de convertirla en nuestra lucha. Utilizando todos nuestros medios volveremos al principio de todo, a unirnos frente al nuevo patrón, el mercado.

No puedo aceptar que la respuesta se ciña a una presencia puntual en una manifestación. Si no confiamos en los partidos, en los sindicatos, trabajemos en las AMPAS, en las asociaciones de vecinos, en las agrupaciones culturales o lúdicas, pero actuemos. Seguro que todos en marcha, nos encontramos en algún cruce del camino...

POLITICA ES MORAL

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