lunes, 16 de abril de 2012

EL TRIBUNAL DE ORDEN PUBLICO HA VUELTO.



Un día, nuestro estimado Ministro de Interior (Sr, Jorge Fernández Díaz), encontró un antiguo legajo con documentos en los archivos del Ministerio. Leyó con curiosidad los papeles amarillentos y desgastados. De repente gritó:¡ Eureka, ya tengo la solución!...

Eufórico y feliz, reclamó la presencia de su coche oficial y pidió a su conductor que le llevase al Ministerio de Justicia. Allí, entregó una vieja carpeta al Ministro de Justicia (Alberto Ruíz-Gallardón) y le dijo: “¡Ahora vas y lo cascas!”.

No tardó en hacerlo y los ciudadanos descubrimos que por arte de ensalmo, el TOP (Tribunal de Orden Público) franquista había resucitado…

El actual gobierno del PP propone una modificación del Código Penal. Sin duda antidemocrática, ya que se establece una drástica reducción del derecho de reunión y manifestación. Bajo la escusa de “controlar” las nuevas técnicas de comunicación y convocatoria, se prevé una pena mínima y prisión provisional para aquellos que convoquen manifestaciones “violentas” por internet, en fin…

Por otra parte, no se ha descuidado el criminalizar la protesta civil, considerando la resistencia pasiva (imaginen las sentadas del 15 M) como “delito de integración en organización criminal”. Podrá penarse hasta con 4 años y prisión provisional.

Realmente se observa una voluntad inequívoca de “cerrarnos la boca”, de limitar los medios por las que la masa social se pueda comunicar y organizar al margen del sistema. Esta deriva nos lleva a un “totalitarismo democrático”…

No es gratuita la “lucha” de los partidos políticos por colocar a sus acólitos en puestos relevantes del aparato judicial. Esos “activos” judiciales serán los que “machacarán” legalmente a todos aquellos que se atrevan a cuestionar el sistema y proponer su cambio.

Durante el régimen franquista los españoles vivimos en un estado de absoluta indefensión jurídica. No existían aspectos tan básicos como la separación de poderes o una justicia normalizada. Muy al contrario, el poder ejecutivo sometía al legislativo y el entramado judicial se hizo “tutelar” por los diferentes ministerios del régimen.

Se persiguió vehementemente la libertad de reunión y expresión ya que “atentaba” contra la seguridad del Estado. Para evitar un peligro tan “evidente” se creó el Tribunal de Orden Público (TOP). Un tribunal de “excepción”, que mediante jurisdicción especial negaba de facto el estado de derecho. Todas las reuniones públicas debían ser autorizadas por la autoridad. Eso sí, aquellas a las que asistían menos de 20 personas no tenían la obligación de significarse…

Vayan ustedes con cuidado, en un partido de futbol juegan 22 personas. Igual se nos pide el permiso de reunión. De no tenerlo, nos arriesgamos a que detengan a  Lionel Messi y no pueda jugar lo que resta de temporada.

POLITICA ES MORAL 

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