sábado, 14 de abril de 2012

DUMBO Y EL REY LEON.


La Constitución Española de 1978 establece en el artículo 1.3 que la forma política del Estado es una monarquía parlamentaria. Por lo tanto, la forma de gobierno establece que el Rey es el Jefe del Estado, pero no tiene poder ejecutivo, sino que está sometido al control parlamentario.
Se configura así una monarquía con un poder simbólico y que no concede al monarca una capacidad efectiva de decisión. Pues eso….
La Monarquía fue en su momento una “salida” tangencial a las dos “Españas”. Un remedo para marcar un equilibrio entre todos los actores políticos y sociales de nuestra “normalización” democrática. Así, los españoles, fuesen cuales fuesen sus ideas, se convirtieron en “juancarlistas”. Nunca en monárquicos.
La Casa Real ha sabido “representar” los intereses de España durante unos años, Juan Carlos I ha sido respetado y en conciencia puedo decir que su figura ha sumado más que restado. Pero todas las historias tienen un fin y en el estamos…
Toda sociedad necesita símbolos en los que reflejarse, en los que confiar, en los que creer. Los Borbones que ocupan el Palacio de la Zarzuela ¿son hoy referentes válidos de una sociedad exhausta y con ciudadanos en riesgo de exclusión?. La respuesta es un rotundo no…
Cualquier ciudadano podía “encajar” la corrupción y la desvergüenza en la clase política. Pero la monarquía era observada como el último reducto de la integridad del poder público.
Los comportamientos de algunos miembros de la familia real, su implicación en escándalos económicos, su aparente alejamiento de la realidad social, han roto esa imagen firme y trascendente como máximo símbolo del Estado. El viaje a Botswana de nuestro monarca ha sido la “gota que colma el vaso”. ¿Qué queda de aquel Rey que dio un paso al frente durante el golpe de estado del 23 de febrero de 1981?, nada. El “juancarlismo” ha muerto en el mismo instante en que se fracturaba la cadera del “gran cazador blanco”…
Nada hubiésemos sabido de la escapada de caza de no haberse producido el accidente.
Nada molesta más que la falta de respeto a aquellos a quienes se representa. Hoy toda la ciudadanía se preguntaba que es lo que “realmente” hace y ha estado haciendo el Rey durante esta crisis…, no puedo permitirme escribir los epítetos que he podido escuchar y leer…
Permitanme la licencia. La Corona ha caído como un paquidermo herido por una bala. El disparo no ha sido mortal pero el peso del animal no le permitirá levantarse y huir.
Créanme, los elefantes voladores no existen, Dumbo es una bonita fábula y nunca me creí que el Rey León respetase a las gacelas.
POLITICA ES MORAL 

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