viernes, 13 de abril de 2012

ARGELÈS SUR MER Y LA TRAICIÓN DE MARIANNE.


El 18 de Julio de 1936 elementos militares intentaron un golpe de estado para “salvar” España y ese fracasado pronunciamiento se convirtió en una cruenta guerra civil.

Los sectores más reaccionarios contaron con el apoyo de los gobiernos de Italia, Portugal y Alemania, también con la ayuda de poderes fácticos de la “democrática” Inglaterra.La República Española se quedó sola. Su “hermana”, la República Francesa miró a otro lado y así, fue la URSS quién mediante su apoyo, acabó controlando la guerra y marcó el destino de la mejor oportunidad de nuestro país.

En el momento en que se inicia nuestra guerra civil, en el país vecino gobernaba el Frente Popular. Ese supuesto frente de izquierda progresista quiso “pensar” que España, que aquello que sucedía más allá de los Pirineos, no era asunto suyo. Francia se vio incapacitada para desafiar a las potencias fascistas y a Inglaterra ayudando a la joven República. Craso error, los tanques alemanes se ocuparon de demostrarlo apenas un año después de la derrota republicana frente al fascismo franquista.

No puedo evitar sentir rencor al pensar en como se trato a nuestros compatriotas al cruzar la frontera en su retirada, ni en la poca voluntad que se demostró para facilitar un final digno para el bando derrotado. Por el contrario, se corrió a legitimar al Gobierno de Franco el 27 de Febrero de 1939. Es cierto que Francia tenía una larga y reconocida tradición en conceder asilo político, pero el medio millón de españoles que cruzó la frontera se encontró con un país que les trató como escoria indigna y molesta. No se puede olvidar que el gobierno Daladier definió a los refugiados como “extranjeros indeseables”. En 1938 ya se proponía la expulsión de todos ellos.

La presión de la opinión pública “obligó” a abrir la frontera, pero los defensores del legítimo gobierno de España acabaron como prisioneros en unos campos de internamiento en los que se pasó hambre, sed y enfermedades. Irónicamente, la Francia republicana se convirtió en una inmensa prisión para aquellos que lucharon contra el fascismo. Francia es culpable de su pasado. No ha hecho nunca un verdadero acto de contrición. Marianne siempre fue hermosa pero nos traicionó…

Argèles sur Mer nunca más será una playa. Su nombre es el de un campo de concentración que nos recuerda el infierno de nuestro pasado.

POLITICA ES MORAL

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