lunes, 25 de noviembre de 2013

FILOSOFIA. EVITEN PENSAR.


 

El pensamiento filosófico objetiva lo personal y personaliza lo objetivo. Georg Simmel
Recuerdo como si de hoy se tratase, una anécdota relacionada con mi pasado profesional. Habiendo realizado un transportista una entrega en mi empresa y no habiendo estado presente en el momento de la misma, un empleado me transmitió lo siguiente: “un camionero ha traído unas cajas, las he dejado al fondo del almacén”. Se terciaba la pregunta y así pregunté: “¿de dónde envían las cajas?, ¿quién es el proveedor?, ¿de qué material se trata?”…

La respuesta a lo planteado fue un lacónico “no lo sé”. Curiosamente existía un albarán de entrega firmado por el mismo trabajador que ni tan siquiera había mirado aquel documento, que como recepcionista, le comprometía. No se sorprendan, pero en base a la anécdota, quisiera hablarles de filosofía.
No pretendo aburrir con disertaciones teóricas  ni apelar a los sesudos filósofos, que en el discurrir de la historia, han configurado nuestro pensamiento social. Me limitaré a acercar el aspecto práctico y útil de lo que denominamos pensamiento filosófico.

Todos, sin excepción, debemos dotarnos de herramientas que nos permitan reconocer nuestro entorno y a nosotros mismos dentro de él. Nos va el presente y el futuro en la acción de observar, pensar, analizar, cuestionar y preguntarnos las razones de aquello sobre lo que se construye la sociedad y nuestro papel de ciudadano.
Actuar en contra o a favor de algo, depende en gran medida del conocimiento que sobre ese algo tengamos. Por tanto, nos nuestro propio yo en la capacidad de razonar. No todo puede ser medido por objetivos económicos o éxitos que se traduzcan en consumo o posesión material. Pues aceptando como incuestionable una sociedad basada en tener y no en ser, perdemos la posibilidad de crear sociedades más justas.

Amarga noticia que la filosofía se caiga de nuestro bachillerato. Pareciera que no se busca más que una masa social hedonista, insolidaria y sin ninguna duda sometida. Pues, ¿qué mejores ciudadanos que aquellos que tan solo reclamen soma, que les duerma la conciencia y les otorgue una felicidad impostada?.
Razonar es el mayor patrimonio del ser humano. Muriendo el pensamiento, perdemos la oportunidad de abrir las cajas y ver lo que hay dentro.

POLITICA ES MORAL

1 comentario: