viernes, 9 de noviembre de 2012

RABIA Y VERGÜENZA




Si te propones algún día mandar con dignidad, debes servir con diligencia. Philip Dormer Stanhope

Hoy hemos encajado un golpe muy duro, una nueva víctima mortal de la voracidad del sistema nos hace tomar consciencia de la realidad. Una vecina de Barakaldo se ha lanzado al vacío desde el balcón de su casa en el momento en que se pretendía proceder a su desahucio.

El drama de los desahucios es el síntoma más claro de la injusticia del sistema económico en el que vivimos o mejor dicho, sobrevivimos. La deriva social es dramática, nefasta e insondable. Mientras, los representantes de la ciudadanía, aquellos mal denominados gobernantes democráticos, traicionan la confianza de sus electores y se convierten de facto en colaboradores necesarios de la mafia de los poderes fácticos económicos.

Al margen de mensajes intencionadamente interesados, la clase política dispone de herramientas y de capacidad para acabar con una situación tan dramática y extrema…

Hagamos memoria: Entre finales de Agosto y principios de Septiembre de 2011, el Parlamento Español reformó el artículo 135 de la “sagrada” Constitución. El objetivo era marcar el principio de estabilidad presupuestaria, la limitación del déficit público y el endeudamiento de la administración pública. La rapidez con la que se realizó la reforma fue posible gracias al artículo 167 de la Carta Magna, que prevé un procedimiento simple de reforma de las partes del texto que no provocan afectación de las instituciones y principios básicos del mismo.

Se estableció una componenda entre los dos principales partidos políticos (PP y PSOE) y a todo correr se aprobó el cambio constitucional. Se evitaron los debates y la participación ciudadana, se evitó la celebración de un referéndum y se llegó a una llamada “reforma exprés”.

Disculpen la explicación legal, pero pretendía establecer el censurable uso que los políticos hacen de las leyes. Si Alemania y la Unión Europea lo exigen, nos falta tiempo para modificar la sacro-santa Constitución. Si es la ciudadanía exhausta y al borde de la exclusión quién lo necesita y demanda, los falsos líderes callan y miran hacia otro lado…

Ha llegado el momento de acometer una reforma urgente del eufemísticamente llamado procedimiento de ejecución hipotecaria. Nuestros políticos, ahora tan preocupados por las cuestiones de identidad y nacionales, deben empezar a defender las verdaderas “patrias”, las viviendas de los ciudadanos. Hay que dotar a la sociedad de instrumentos que eviten los desahucios de personas insolventes por causa de la crisis económica y financiera.

Si la “clase” política persevera en su interesada ceguera, los recortes sociales de muchos países europeos se tornarán insostenibles, las protestas tomarán derroteros más extremos, especialmente en el sur de Europa.

Permítame utilizar un fragmento de la carta del estimado José Luis Sampedro a José Luís Rodríguez Zapatero en relación al último cambio constitucional: “Se atreven a modificar el máximo documento del Estado en aras del “Mercado”. Mercado al que pretenden calmar mientras las voces del pueblo son ignoradas o silenciadas”.

Nuestros políticos tienen las manos manchadas, provocan rabia y vergüenza…

POLITICA ES MORAL

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