lunes, 8 de junio de 2015

A LA MIERDA CON LA CARIDAD




La caridad es la única virtud que precisa de la injusticia. Jaume Perich
Hoy ando retomando el pulso de la realidad política, pero la cuestión es que la política no parece tener nada que ver con la realidad.

He recibido un mazazo en las tripas al conectar la televisión y visualizar un anuncio de la ONG Educo. En el mismo se muestra a unos niños a los que cuida su hermano mayor y que deben beber leche aguada por estar en eso que llamamos eufemísticamente “pobreza”. La ONG pide ayuda para facilitar 96.000 becas comedor para los niños de familias en riesgo de exclusión y durante el periodo de vacaciones escolares. Por otra parte, una entidad financiera, La Caixa de Pensions, en su cacareada “obra social”, propone una campaña denominada “Ningún niño sin bigote” haciendo alegoría de la marca que nos queda en el labio superior cuando bebemos leche. La altruista entidad nos incita a realizar micro-donativos para suavizar las carencias de niños y familias en situación económica extrema…
Miren ustedes, me cabrea, me indigna, me asquea que en pleno siglo XXI retomemos el camino del “buenismo social” y que las instituciones y sus órganos de gobierno hagan dejación de funciones, delegando sus naturales obligaciones en iniciativas privadas.

Aquí de lo que se trata es de una gestión eficaz y eficiente de los recursos públicos. Aquí, de lo que se trata es de dotar de dignidad a las personas haciendo que las entidades que las representan y gobiernan sean dignas. Aquí de lo que se trata es de decir basta, que ya está bien, que de perseverar en la ignominia lo único que será digno será la violencia. Pues por muy dormida que esté el alma del ciudadano, por muchos pecados que en algunos casos el individuo cometa, la mayoría de las personas que están al límite no ha provocado su situación extrema.
Yo, sin dudarlo, de llegar al agotamiento haría cualquier cosa por los míos, cualquier cosa créanme. Pues el primer paso de esta mi lógica enferma sería pensar en que mis representantes democráticamente electos estarían a mi lado y tras mi necesidad perentoria. Y eso no es esperar caridad, a eso se le llama exigir justicia. Por tanto, si los próceres que deben solucionar no lo hicieran y me remitiesen a la caridad de otros que son parte de los problemas de esta sociedad, mi reacción difícilmente sería templada…

Aquí se han de acabar los mensajes tranquilizadores, aquí se acaban la excusas, aquí de los tributos de todos se saca lo que haga falta para que nadie, absolutamente nadie, deba quedarse sin cubrir sus necesidades mínimas.
A la mierda con la caridad reza el título de este post. Me va una higa si en el mismo ven una mente irreflexiva o si por vergüenza prefieren mirar a otro lado. La mentira tiene las patas cortas y no llegará muy lejos a la luz de la verdad amarga.

Aquí hay dinero suficiente, dinero que es de todos y que ha de gastarse donde toca, sin más. Mientras, me repito y grito hastiado, mientras, los peores de mis deseos para los que conociendo los problemas, prefieren no hacer nada.
POLITICA ES MORAL

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